La batería

A quién no le ha pasado alguna vez que en el momento que era más necesario, el auto no quiso arrancar. Conozca como debe hacer para que no le pase otra vez y se quede de a pie.
La batería es una de las piezas más sensibles de la instalación eléctrica de un automóvil y por eso cuando no está en buenas condiciones trae más de un dolor de cabeza.

Más de una vez hemos querido arrancar nuestro auto luego de unos meses o pocas semanas sin estar en funcionamiento y en el mejor de los casos solo escuchamos el débil ruido que hace el motor al darle contacto. Tras repetir la maniobra, la reacción se repite y el auto no quiere ponerse en marcha ni por asomo, pero si constatamos que hay combustible en el tanque y no falta nada bajo el capot como bujías, cables, bobina, correas, etc. la situación se ve algo complicada.

En algunos casos llamar un mecánico puede complicar nuestra economía. Lo único claro de la situación es que hay que moverse y rápido. De repente, afloran las ideas y la batería aparece como la culpable de todos los males. Como primera medida hay que observar los bornes, porque si sobre ellos se formó una especie de suciedad de color blanco o verde (sulfatación), habrá que removerla inmediatamente rociándola con agua hirviendo.
Si otra vez el auto se niega a funcionar, es un hecho que la batería está descargada y habrá que empeñarse en una tarea muy conocida por todos: empujar el auto. Lo mejor para esta situación es buscar una calle poco transitada o con una leve pendiente y sobre todo, voluntarios con fuerza. Primero se conecta la segunda o la tercera velocidad sin soltar el embrague y cuando el auto tomó envión se pone el auto en contacto.

Con suerte, el auto arrancará de inmediato y es ahí donde hay que acelerarlo para luego dejarlo un rato en marcha para lograr que el alternador cargue la batería. Si todo sigue igual, lamentamos decirle que la situación es más grave de lo que pensábamos.

¿Qué queda por hacer entonces? Quitar el acumulador para recargarlo, pero puede suceder que en ese momento no haya ningún un lugar donde hacerlo. Entonces no queda otra solución que hacerse de un juego cables especiales y pedir que un auto se acerque, siempre y cuando utilice el mismo voltaje que nuestro coche.

Estos cables cuestan alrededor de 30 pesos pues no son comunes y corrientes, sino que están hechos con los materiales utilizados en los terminales de la batería. En cada extremo de ambos cables hay una pinza metálica, llamada cocodrilo, que se coloca en la parte metálica de los terminales de ambos autos.
Conviene echar agua destilada o de lluvia dentro de las celdas de la batería y luego – con el auto auxiliar detenido- conectar los extremos de las pinzas en los bornes positivos y negativos de ambas baterías. Una vez que el voluntario arranca su auto debemos hacer lo propio con el nuestro, y si se pone en marcha, tarea cumplida.

Acto seguido, hay que buscar un lugar para recargar el acumulador porque nada asegura que el auto seguirá en marcha si lo detenemos o si se para accidentalmente. Si la batería está en buen estado (dentro de los 16 meses de uso aproximadamente) seguro admitirá una recarga, que asegurará un tiempo más sin problemas. Si recibe una carga por un lapso prolongado y tras colocarla apenas mueve el motor o directamente no responde, deberá cambiarla.

En cualquier casa de electricidad del automóvil o taller especializado una nueva batería cuesta alrededor de 120 pesos aunque hoy en día se compra hasta en los supermercados por algo menos. Es su decisión, pero de aquí en más debe comprometerse a realizar el mantenimiento que requiera, según sea el caso.